Gobik viste a las expedicionarias del próximo “Reto Pelayo Vida”


El “Reto Pelayo Vida” vivirá su quinta edición en breve con una expedición a Bolivia en la que siete mujeres llevarán muy alto el mensaje del sufrimiento, pero también de esperanza que implica el proceso por la enfermedad de cáncer de mama que padecen tantas personas.

Tras atravesar el Atlántico, subir el Kilimajaro, pedalear por el Annapurna… el “Reto Pelayo Vida” se va a Bolivia en una expedición que partirá el 25 de septiembre hasta el 13 de octubre.

Allí les espera una travesía en fatbike de casi 300 kilómetros atravesando el Salar de Uyuni y el ascenso al Nevado Sajama, el décimo volcán más alto del mundo, en cuyas nieves perpetuas esperan finalizar esta edición.

Vicky Martínez, Estrella Paulete, Felisa Requena, Raquel Millán, Begoña Conde y
Rina Gitler: seis son las valientes que pondrán lo mejor de sí para llevar bien alto y claro ese mensaje. Al frente de la expedición, Rosa Fernández, una aventurera experta, con un amplio currículo a sus espaldas y un cáncer de mama que superó hace diez años.

Gobik vestirá este reto mediante una línea exclusiva para el evento. “Es un reto deportivo y humano de superación y de inconformismo con el que nuestra marca se identifica completamente” comenta Alberto Ayala, responsable de marketing de Gobik.

Gobik ha entregado a las expedicionarias la ropa que necesitarán en unas condiciones que se prevén poco sencillas, kits compuestos por conjuntos de verano e invierno más complementos.

El acto de entrega se realizó en la carpa de Gobik en la pasada feria de Festibike.


Impresiones antes de partir

Entre las expedicionarias figuran acérrimas amantes de la bicicleta. Es el caso de Begoña Conde, una risueña madrileña de 52 años con dos hijos que el año pasado salió delante de un cáncer de mama.

Una historia de superación que busca siempre el lado amable y favorable de una enfermedad letal: “Cuando me lo diagnosticaron me confirmaron que era una variante que me provocaba muchos dolores en piernas y que necesitaba hacer deporte ¡bendito efecto secundario!”.

En su caso salió adelante en medio de otras personas que siguen en ello o no han tenido tanta suerte: “Por ellas quiero hacer este reto, porque me dan alas y fuerzas para conseguir algo que no será nada sencillo, nos moveremos a 4000 metros de altura, pero su mensaje tenemos que transmitirlo”.

Cuando supo del “Reto Pelayo Vida” se dijo “yo quiero ser parte de esto” y pasó la criba entre las casi 300 candidatas.

Su compañera Raquel Millán, animosa madrileña de 28 años, supo del “Reto Pelayo Vida” el día que su ginecólogo le detectó la enfermedad. “No dejaba de llorar, ¿pero volveré a estar bien? No paraba de repetirle, y él me fue sincero, no será fácil, lo pasarás mal, pero es posible que vuelvas tener una vida normal, mira unas se han ido ahora al Klimanajaro”.

Esas mujeres a las que se refería el ginecólogo de Raquel formaban parte del primer “Reto Pelayo Vida”, y desde entonces Raquel quiso estar ahí: “Somos un mensaje, el ejemplo de que se puede salir, somos una motivación para muchas chicas”.

Las dos están nerviosas, pero motivadas para un reto del que poco o nada quieren saber de inicio. “Quiero llegar y vivirlo sin saber mucho qué nos vamos a encontrar” dice Raquel que prefiere saber lo menos antes de partir.

En unos días las esperanzas de mucha gente estarán sobre las espaldas de estas chicas arriba y abajo por Bolivia, demostrando que en esta historia también hay segundas partes.

Fuente: Prensa Gobik

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