Dolomitas on Giro: Monte Zoncolan

Hoy era el último día de nuestra aventura dolomítica. Se trataba del puerto europeo más duro subido en competición, el Monte Zoncolan. Más duro en teoría que otros mitos como Mortirolo y Angliru. Un día importante y clave. Uno de esos momentos que uno no olvida jamás.

Personalmente puedo presumir de pocas cosas, pero en mi humilde opinión creo que sé muy bien donde estoy y donde quiero llegar. Algo fundamental en muchos aspectos de mi vida que me permiten dar pasos hacia delante. Pasos firmes que hacen que jamás de un paso atrás ni para tomar carrerilla. Podéis tomar estas palabras en cualquier contexto de mi vida. Realmente el ciclismo y como yo lo vivo es simplemente un reflejo de quien es Alfonso Blanco. Hoy sabía que no podía subir el Monte Zoncolan. Las duras rampas y el cansancio acumulado hacían imposible el reto, pero no pasa nada. Sé que en un futuro este puerto estará en mis piernas.

Sin embargo en la grupeta dolomítica había un tipo de nombre Fernando González, también conocido como "Lucky", que tenía como uno de sus objetivos del viaje poder subir el Monte Zoncolan. Llevaba algunos días concentrado y aunque no lo decía claramente, con algo de nervios. Se trataba del puerto más duro jamás subido en competición. Aquí han ganado gente de la categoría de Gilberto Simoni, Iván Basso o Igor Antón, y ahora le tocaba a él retorcerse en sus duras rampas y kilómetros interminables a más del 15%. Una prueba tanto física como mental. Quizás su mayor reto hasta el momento, un muro delante de él. Zoncolán o él.

La veteranía, el coraje y un equilibrio entre mente y físico han hecho posible el éxito rotundo de este colmenareño de 30 y tantos. Una muesca más en su largo historial ciclístico que tiene ya los principales puertos europeos.

Al término de la ascensión al Monte Zoncolan nos hablaba de sus sensaciones. "Las sensaciones han sido muy constantes. Regulando, sobre todo regulando, teniendo en mente posibles rampas más duras que pudiesen venir más adelante y así tener suficientes fuerzas guardadas para poder superarlas."

También nos contaba su valoración sobre la dureza del puerto respecto a otros puertos de los nombrados los más duros del mundo. "Es el puerto que en mejor forma me he encontrado, pero recuerdo más dureza en el Angliru. Quizás la rampa de La Cueña les Cabres del 23% durante 700 metros, este puerto de las tiene. Y además el Angliru tiene el terreno resbaladizo por la lluvia y las moñigas de vaca, y esto lo hace más duro porque no te puedes poner de pie. En el Zoncolan agarra bien la rueda, te puedes poner de pie. El puerto es muy constante, como el Mortirolo. Es un puerto en el que me he sentido muy bien y el que mejor he estado preparado. Para mi el más duro es el Angliru."

"La sensación ha sido bastante clara. Ha sido sentirme un privilegiado de poder llegar en un estado de forma óptimo. Poder haber entrenado bien, tener el cuerpo bien".

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