De camino a Santiago. Día 3
Hoy nos hemos levantado más tarde de lo normal, con la moral alta por lo conseguido hasta el momento. La noche en el albergue de peregrinos de Sta. Maria la Real de Nieva ha sido dura: ronquidos, ruidos, ir y venir de gente desde las seis de la mañana con las luces encendidas...Toda una experiencia.
Nos hemos ido a desayunar a la plaza del pueblo y mientras abrían el bar me ha dado tiempo a arreglar el transportin de las alforjas. Espero que aguante otras ocho etapas.
El tramo de hoy, aunque largo, prometía ser fácil: una etapa casi llana con un ligero descenso mantenido durante los 85kms. Pero no equivocamos sin duda.
El camino ha transcurrido entre pinares (de ahí el nombre que recibe ésta "Tierra de pinares"), en el que no podíamos habernos encontrado más tierra. Pero no gravilla o tierra normal, sino una especie de arena de playa que hace de estos caminos casi imposibles de "ciclar". Más de una y dos veces hemos estado a punto de caer en estos caminos y los automáticos saltaban cada dos por tres. Eso sí, nos hemos hecho unos expertos en dirigir la bici en caminos de tierra blanda. Varias veces me he dado las gracias a mi mismo por cambiar la cubierta trasera por una nueva antes de salir en Madrid.
Tras parar en Coca, visitar la iglesia y el castillo, hemos continuado hasta la hora de la comida. Un buen plato combinado, digestión rápida y vuelta a dar pedales.
Hemos llegado a nuestro destino, Simancas, hacia las cinco y media de la tarde, donde nos hemos parado en un chiringuito espectacular al lado del rio Pisuerga, y al pie de esta ciudad histórica conocida entre otras cosas por su archivo nacional.
Hoy tengo que decir que las cervezas de la victoria se han extendido un poco más...
Ahora, y como siempre, toca irse a descansar. Mañana sera otro dia".
Raúl Alarcón
Ruuuul, dime dónde estás, que te voy a buscar con el coche. Deja de hacer el tonto ya.
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