Estocada casi mortal de Alberto Contador

Hoy la Vuelta a España ha vuelto a vivir una de esas jornada épicas con la disputa de una etapa de alta montaña tremendamente dura con las ascensiones a varios puertos asturianos como el Cordal, Cobertoria, San Lorenzo y la ascensión final a La Farrapona.

La etapa empezaba muy rápida y pronto comenzaban a tirar equipos como Katusha y Sky dejando claro que sus intenciones eran poner el mayor ritmo posible para llevar a todo el pelotón agotado a los pies del Alto de la Farrapona. Pronto el Sky ha tomado el mando de las operaciones poniendo un ritmo brutal que ha dejado el grupo de los favoritos en un pequeño grupo de tan sólo 20 unidades. Era un ritmo demoledor con el fin de desgastar lo máximo posible tanto a los primeros de la general como a sus gregarios. Parecía que era el día señalado por Chris Froome para "arrancar" su moto, y así ha sido. La Farrapona es un puerto largo, duro, pero sin rampas brutales como anterior puertos subidos en esta Vuelta a España. Con tan solo un pequeño descanso a mitad de ascensión. Un puerto ideal para poner ritmo e intentar ahogar a sus rivales, "Purito", Valverde y Alberto Contador. 

La apuesta del británico ha sido valiente. En estos días atrás se le veía muy concentrado, muy atento a su cuerpo, tal vez con algunas dudas pero al final rindiendo a un gran nivel y parecía que era el día donde se vería a un Froome atacante y con ese ímpetu del Tour del año pasado.

Tras quitarse Mikel Nieve de la primera posición del grupo de los favoritos, tras un trabajo espectacular de todo su equipo, "Froomy" ha atacado y lo ha hecho sin mirar atrás. Ritmo fuerte y sostenido durante bastante metros para sentarse y seguir metiendo ritmo. Es algo de manual que desde el sofá parece fácil pero es el ABC del ciclismo. Está todo inventado ya. Si quieres hundir a tu rival no vale con cambios de ritmo de 50 metros y luego parar. Aquí los ciclistas se conocen muy bien, tanto a ellos mismos como sus rivales y corren con el rabillo del ojo a pleno rendimiento. Así han corrido en la mayoría de etapas "Purito" pero principalmente Alejandro Valverde. Contador era el líder y parece que le valía este juego de arrancar, parar, arrancar y parar. Pero a Valverde y "Purito" esto no les valía porque no estaban terminando de "matar" a Froome, que me parece un ciclista genial en muchos los sentidos. Uno de ellos es saber leer la carrera no solo como una etapa sino como un conjunto de esfuerzos y analizar etapa a etapa para saber donde regular y donde poder "abrir" gas.

Las anteriores etapas con rampas muy duras era propicias para gente como "Purito" y Valverde pero no han sido capaces de distanciar en exceso a Froome gracias a su vigilancia extrema. Hoy era el día que tenía marcado Chris Froome para adelantar a ambos y así lo ha hecho. Ha atacado y solo le ha podido seguir su rueda un Alberto Contador que se le ha visto "fácil" detrás del británico.

Y como esto del ciclismo ya está todo inventado, ha pasado lo que tenía que pasar. Froome ha acelerado a falta de pocos kms para el final y cuando se ha sentado tras el cambio de ritmo Alberto Contador le ha atacado y no ha podido irse con el pinteño que entraba en meta muy cansado pero feliz de verse casi como vencedor de la Vuelta a España 2014. Contador ha hecho la labor que estaba estipulada en los libros del ciclismo. Aguantar a rueda de Froome e intentar despegarse de él en los últimos kms. Froome también ha hecho su labor, poner un ritmo fortísimo y llegado el momento atacar, pero hacerlo "de verdad", sin mirar atrás y apostando por su ataque al 100%.

Por detrás Valverde, "Purito" y Aru han ido haciendo lo que podían intentando minimizar la pérdida de tiempo pero sin un visible entendimiento claro entre ellos.

Hoy Alberto Contador con esta victoria de categoría ha dado una estocada casi mortal a la Vuelta a España y si no tiene un día malo tendrá otra victoria más en sus vitrinas el próximo domingo en Santiago de Compostela. Solo tiene que vigilar de cerca la rueda trasera de Froome. Ahora los "Purito" y Valverde tendrán que dejar de vigilarse entre ellos y ir a por la Vuelta sin tapujos, sin mirar atrás, sin mirar a los ojos al rival, solo para adelante.