Froome intentará sentenciar


Las etapas contrarreloj evidencian más que ningún otro tipo de prueba las fuerzas y las debilidades de los ciclistas. La crono trazada entre Bourg-Saint-Andéol y La Caverne du Pont-d'Arc no será la excepción que confirme la regla. Cuenta incluso con algunos ingredientes que podrían cambiar el discurrir habitual del ejercicio. En los 37,5 km de recorrido, las subidas al principio y al final, que suman 10 km en total, compensarán la superioridad de los rodadores en llano. Los corredores tipo Tony Martin o Tom Dumoulin deberán moverse en un registro algo más complejo que al que están acostumbrados. Pero más allá de la victoria de etapa, lo importante será vigilar la evolución de la general. La buena mano de Chris Froome contra el reloj lo coloca en una posición ideal, con opciones de arañar aún más tiempo a sus rivales. Hasta ahora  ha querido aprovechar cada oportunidad para abalanzarse sobre todos los segundos en juego…y su estrategia no tiene visos de cambiar a pesar del percance en el final de Chalet Reynard. Por un lado, el temor no disimulado del británico de sufrir un bajón durante la tercera semana, le incita a crear un colchón cronométrico lo suficientemente cómodo como para parar imprevistos. Por otro lado, el británico querrá demostrar que su liderazgo en la general no es fruto, única y exclusivamente, de una decisión del jurado de los comisarios. Frente a él, los demás aspirantes al título quieren empezar a brillar. Quintana, Mollema, Porte o Van Garderen todavía pueden sorprender.

Fuente: El Tour de Francia

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