Pirineos on Tour 2014. Col d'Aspin

Hoy ha sido un día de esos que pasarán los años y lo recordaré no por el puerto subido sino por las condiciones climatológicas vividas tanto en la subida como en la bajada del Col d'Aspin. Tras cambiar de valle, de Ossau a Campan las condiciones climatológicas cambiaron tremendamente. Ayer por la tarde a mi llegar a Saint Marie de Campan me recibió una lluvía intensa de esas que dejan un manto blanco delante de tus ojos y te hacen pensar: "Ufff como esto no cambie pronto". Más adentrada la tarde llegó una tormenta eléctrica que jamás había visto con una media de un rayo cada 10 segundos lo que dejó un ruido de truenos durante toda la tarde y muy adentrada la noche. Me metí en la cama del hotel con la esperanza de levantarme por lo menos sin lluvía y algo de sol. La verdad que así fue y me lancé al reto de hoy, el Col d'Aspin.

Nada más comenzar el puerto empieza a llover muy suave, casi como si me acariciase la cara pero al cabo de los kms empezó a ser realmente molesto. Los primeros kms son asequibles sobre el papel pero tienen su trampa. Te encuentras un cartel de próximo km al 4% y piensas que es gloria bendita pero tenían trampa ya que había rampas que rozaban el 9% o más y en algún tramo del km se ponía llano o incluso bajada. Es decir, los primeros 7km bastantes pestosos con sube y baja constante.

Una vez se llega a la estación invernal de Payolle el puerto cambia por completo y empieza uno nuevo. Se pasan de los kms iniciales "fáciles" a unos últimos 5km duros que rondan el 8% de pendiente media. Pero claro, después de subir el Col d'Aubisque esto me ha parecido un juego de niños. El cuerpo se ha adaptado muy bien a los esfuerzos diarios de este tipo de rampas y simplemente ha sido poner el "piloto automático" hasta la cima. 5km muy constantes por una carretera rugosa que se enrosca en la montaña donde la lluvía a dejado paso a una intensa niebla con la que no podía ver a más de 5 metros de distancia. La ascensión se empezaba a hacer épica, con algo de frío, niebla y la dureza de las rampas.

Como si de una broma se tratase, al llegar a la cima se hacía un claro entra la niebla y aparecía el Sol. Algo que rozaba lo cómico que por lo menos ha permitido hacer algunas fotos con el cartel de la cima del puerto y tomarse un respiro más o menos tranquilo. Sin embargo lo peor no había pasado. De piernas me he encontrado bastante bien subiendo a ritmo constante y como he dicho antes, con el "piloto automático" puesto. Pero sabía que había algo que no me gustaba nada, era el descenso y mira que me considero un buen "descender". Me conocen como el "Halcón del Barrio del Pilar", en honor al mejor bajador de la historia, Paolo Salvoldelli. He recordado los consejos del gran Eduardo Chozas y he quitado un poco de presión de ambas ruedas para tener mayor agarre en una bajada que sabía que era muy peligrosa por lo visto durante la subida.

La bajada ha sido terrorífica. Desde la cima con Sol se veía como la bajada del Col d'Aspin era adentrarse en un muro de niebla muy peligroso. El asfalto era rugoso y bastante irregular con algunas zonas reasfaltadas con varios tipos de asfaltos, unos más rugosos y otros más lisos. Durante la bajada el rocío de la niebla mojaba mi cara y mis gafas, algunos chorros de agua cruzadan la carretera transversalmente y las curvas de herradura totalmente mojadas hacían dudar sobre en ángulo de inclinación de la bici y la presión de mis dedos en los frenos. Una bajada de esas que se te quedan muy guardas en la memoria y estoy seguro que dentro de mucho tiempo la recordaré como una de las más peligrosas que he hecho junto tal vez a la de Luz Ardiden de hace ya casi 3 años.

En resumen, Col d'Aspin, puerto más o menos asequible. Pestoso en la parte inicial pero a partir de Payolle se torna constante y duro a la par de bonito.

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