Arenberg, la puerta al Infierno

El próximo domingo 12 de Abril se disputará otro monumento ciclista, la París Roubaix, amada por muchos es una carrera especial que rezuma heroicidad por sus cuatro costados. Al igual que en Milán San Remo o Flandes, ganar en Roubaix es algo especial que te encumbra dentro del pelotón internacional por la gran dureza que tiene la prueba debido a sus múltiples tramos de pavé que hacen de esta prueba una de las más complicadas del calendario internacional.

El tramo más famoso y uno de los más difíciles de todos los que se encuentran los ciclistas en la París Roubaix es el tramos conocido como Trouée d'Arenberg. Es un tramo 5 estrellas, es decir, de los más complicados y duros de Roubaix, que consta de 2.4000 metros de longitud siendo una larga recta que se ve desde la lejanía. Sin embargo Arenberg tiene una gran dureza no por sus rampas, ya que es plano, sino porque los adoquines están en muy mal estado y esto hace que el paso por ellos sea muy duro. Rebota la bici que parece que te vas a caer, tienes que agarrar muy fuerte la bici para que no se vaya a todos lados. Es casi una lucha de supervivencia entre el ciclista y su bici. Salir del Trouée d'Arenberg en las primeras posiciones sin ningún problema mecánico o caída es el primer paso, fundamental, para poder optar a la lucha por la victoria en la París Roubaix.

Es el primer gran tramo complicado de la carrera y es donde empieza realmente la dureza de esta carrera, denominada el Infierno del Norte. Tras su paso el pelotón se desmenuza en multitud de pequeños grupos y quedarse atrás significa haber perdido la carrera. Aquí han perdido sus opciones muchos ciclistas, por caídas o por averías mecánicas. Los más grandes como Johan Museeuw o Tom Boonen saben lo que es perder una Roubaix en este tramo que recordarán siempre.

Al ser un tramo muy complicado y relativamente estrecho es fundamental entrar en él en las primera posiciones y es por ello por lo que la aproximación a la entrada al Trouée d'Arenberg es uno de los momentos más tensos de la carrera ya que el pelotón rueda mil por hora intentando colocar a sus líderes en las primeras posiciones. Aquí ir el primero es una ventaja sobre ir a rueda ya que cualquier problema de algún ciclista delante tuyo puede provocar una tapón o caída y hacerte perder la carrera.

Para los ciclistas es un tramo complicado que llena de misticismo a esta carrera y para los aficionados es simplemente gloria bendita. Por ello, es siempre uno de los tramos más visitados por el público que se agolpa a los lados de la calzada esperando el paso del gran grupo de favoritos. Todo un símbolo tanto de la París Roubaix como del ciclismo Mundial.

No es un tramo que decida el vencedor de la carrera ya que está muy lejos de meta pero sin duda es el inicio de la verdedera Roubaix, es la puerta al Infierno del Norte.

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