De grupeta por Roubaix

Los 4 jinetes en Arenberg, la Puerta al Infierno (Alberto, Juan, Eduardo y Enrique)

Hace unas semanas que tenía lugar la París Roubaix donde ganó un fornido alemán de nombre John Degenkolb. Era la carrera de los profesionales pero un día antes les tocó el turno a los cicloturistas de todo el mundo que se acercarán a las afueras de París para vivir una experiencia inolvidable para todos ellos.

Una París Roubaix es muy grande, es la Clásica de las Clásicas, el Infierno del Norte como se conoce y es que sus numerosos tramos de pavé son mitos dentro del buen aficionado al ciclismo. Todo el mundo desde sus casas tenían envidia de poder estar en tramos como Arenberg, tal vez el más mítico.

Un grupo de locos madrileños (Alberto Morán, Eduardo Roldán, Juan Aguado y Enrique Aguado) se cogieron un vuelo hacía el Infierno. Supongo que ese billete de ida al Infierno era especial ya que se trataba de un viaje de esos que se contarán a los amigos, familiares y a los nietos: "Yo me hice la Roubaix niño...". Todo un lujo poder contar eso....si amigos, mis palabras denotan envidia porque me hubiese gustado ir y a Dios pongo por testigo que iré muy pronto a enfrentarme a esos tramos infernales de pavé.
El cx ayuda bastante..verdad Kike?

Enrique Aguado (EnBici) nos cuenta sobre si merece la pena todo los esfuerzos, horas de viaje, dinero y sufrimiento invertido: "Merece mucho la pena, en ningún momento nos hemos acordado del dinero o de tener que levantarnos a las 4 de la mañana. Realmente hemos disfrutado mucho de este fin de semana y aún varios días después seguimos haciéndolo".

Cuando se dice que París Roubaix es la Clásica más dura de todas se puede tener razón y es que no hay subidas, es todo llano. Pero un tramo duro de pavé es como un pequeño muro incluso un puerto. Así nos contaba Kike sobre los dolores sufridos durante y después de la carrera: "Respecto al tema dolores, sin duda y creo que para mis compañeros de viaje igual, el dolor de manos y de bíceps es lo peor que hemos llevado. El no estar acostumbrado a ese terreno nos pasó factura muscularmente, pero no tanto físicamente y creo que la clave fue como nos lo tomamos. Eso es cicloturismo auténtico. Esperábamos después de cada sector de pavé a estar todos juntos para continuar la marcha y entrar juntos en el siguiente tramo, sin mirar tiempo ni medias, solo disfrutar del recorrido con tus compañeros".

Uno de los tramos más duros es Arenberg, esa maldita recta llena de piedras descolocadas que unos llaman pavé y que otros piensan que fueron lanzadas por el mismísimo Lucifer para evitar el paso por ese precioso y frondoso bosque de Arenberg. Las palabras de Juan Aguado (AC Hoteles by Marriott) nos pueden acercar a esta Puerta al Infierno que es Arenberg: "Lo primero que se me viene a la cabeza según oigo Arenberg es "Increíble"!!!! hasta llegar a Arenberg has hecho ya tramos de pavé de 2,3 e incluso de 4 estrellas, pero Arenberg no es una estrella más respecto a los de 4 estrellas que habíamos realizado, bajo mi humilde opinión de globero aficionado es que es de 7 estrellas (comparándolo con los demás de 5 estrellas). Una recta interminable que me recordaba a una calzada romana, abarrotada de gente y nosotros tuvimos la oportunidad de realizarla con agua y barro, puesto que llovía. No se si seria la emoción o el frío pero hice todo el tramo de Arenberg con la piel de gallina".
Juan Van Petegem

A pesar de todo la sensación de "votar" sobre el pavé es algo que de forma incomprensible gusta a los cicloturistas. Es vivir el ciclismo de antes. Sentir en todo el cuerpo una sensación de plena libertad sobre todo al comprobar que uno está donde quiere estar haciendo lo que desea en el Mundo: "La verdad que la París Roubaix el desnivel acumulado que tiene es muy bajo, pero se hace durísima por los tantísimos tramos de pave que tiene. Los tramos de pavé no tienen nada que ver a los que conocemos por nuestra zona, están rotísimos, sin arcenes de hierba o tierra por los que librarlos en muchos de ellos  y en el caso de Arenberg y Carrefour de l´Abre, tienen forma convexa y el pavé te escupe hacia los laterales.  Pasar por el pavé era muy parecido a hacer ciclocross pero muchos más duro!!!! Me votaban hasta los empastes, llegaba en muchas ocasiones al final del tramo con un picor en la planta de los pies y las manos muy fuerte y sin sentir las manos ni pies. La verdad que se hace muy dura la prueba, pero divertidísima. Ya conozco el Infierno del ciclismo pero hazme caso que volveré", comenta Juan Aguado.

Otro de los miembros de la grupeta madrileña es un cicloturista de nombre Eduardo Roldán (AC Hoteles by Marriott). El cicloturista perfecto por definición. Un amante del ciclismo y de la bicicleta. Un tipo que piensa en dos ruedas y que está "jodidamente" enganchado a esto de la bici pero en el sentido más placentero posible. Ni competición ni nada. Ni vencedores ni perdedores, solo disfrutar de los retos ciclistas como éste y eso que ya tiene en sus piernas muchos retos tremendamente duros. Edu nos comenta sobre si Roubaix ha sido el más duro: "La verdad es que sí, lo más duro que hecho sobre una bici. Iba preparado mental y físicamente muy bien. La distancia y desnivel eran asequibles, pero las vibraciones del pavé en mi caso me castigaban ya desde el segundo tramo. La teoría es fácil, apoyarse en manillar sin apretar, pero amigo, con la lluvia y esos pedazo adoquines yo me agarraba pero bien. Es totalmente diferente a las marchas de aquí, tienes dos horas para salir cuando quieras, al pasar por pueblos te paras en semáforos, y el reto es terminarlo disfrutando no hacer buen tiempo".
Edu concentrado en "su pavé"

Pero tras sus multitud de retos superados eso de ver al fondo el famoso bosque de Arenberg hace estremecer a cualquiera. Hasta al Gran Edu: "Buff! Lugar mítico del ciclismo. En la recta antes de llegar se aprecia a lo lejos ciclistas ya que es el tramo con mayor desnivel de la prueba, y en nuestro caso con lluvia parecía que se veía demasiada gente y claro al ser una zona con árboles se había formado un barrillo que veías a la gente patinando o directamente en el suelo. Fue el tramo más difícil de todo el día. Déjame que destaque a mis compañeros y amigos en este viaje que han hecho que viva un fin de semana inolvidable".

Es una carrera especial, se ve por las palabras de los integrantes de la grupeta. Una carrera que se hace con las piernas pero tal vez se haga mucho más con el corazón. Un corazón lleno de amor por el ciclismo. Esto nos contaba Alberto Morán (AC Hoteles by Marriott) sobre sus sensaciones al vivir esta placentera orgía de adoquines por todos lados: "Desde que aterrizas unos días antes ya sientes algo especial, estar por Bélgica y Francia hace que te des cuenta que la bici allí es un medio de transporte más y la conciencia es más amplia, al final, Europa nos lleva ventaja en todo y eso se nota, de todos modos los esfuerzos que hace España y sobre todo Madrid se están notando muy positivamente. A lo que voy que me lío, realizar una etapa mítica con un recorrido inigualable hace que cada tramo de pavé lo afrontes con una euforia tremenda, sabes que pasas por esos sitios que tantas veces has visto por la tele y ahora eres tú el que lo hace. Un sueño, la verdad".
Entrando en el Velódromo de Roubaix

Y para cerrar el viaje y tras descansar al calor de unas ricas cervezas, tocaba ver al día siguiente a los profesionales pero con la sensación de satisfacción de haber hecho una de las Clásicas más duras del mundo del cicloturismo: "El paso de los ciclistas lo vimos como niños pequeños, los pudimos ver en tres tramos diferentes y corríamos por el campo sin importar nada más que llegar a verlos pasar, gritar y aplaudir a todos sin dejarnos a ninguno. No parábamos de repetir lo injustos que somos cuando los ves por la tv y les dices a gritos lo que tienen que hacer, que aprieten.... y ahora, que tú has pasado por esos mismos sitios y los tienes delante....entiendes lo duro que es y sobre todo la diferencia que hay entre los profesionales y nosotros. Nos ha puesto la piel de gallina ver como se mueven por el pavé. Un ejemplo... un Sky que no pude ver quien era entró en un tramo hablando con su director...agarrado a la ventanilla a más de 40 y por el pave...flipante. Son profesionales, la palabra lo dice".


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