Las aceras no son para los ciclistas


Acaba de empezar la temporada de clásicas y ya tenemos una gran polémica que parece nos va a acompañar durante algunas semanas. Se trata del anuncio de la Organización de algunas carreras como la Omloop Het Nieuwsblad sobre las acciones que pueden tomar contra los ciclistas que ruedan por las aceras y todo lo que no sea el propio asfalto o carretera. 

En muy típico en este tipo de carreras de un día, donde aparece el duro y temido adoquín, que los ciclistas se salgan de los límites de la carretera para buscar otras vías o caminos alternativos con menos dureza como pueden ser las aceras o incluso carriles bici paralelos.

Estas medidas de momento no han llegado a concretarse ya que a pesar que los organizadores han comunicado a los ciclistas la decisión de tomar medidas como sanciones o incluso la descalificación, no se han llevado a cabo en ninguna de las carrera ya disputadas. Esto ha encendido al propio pelotón donde hay ciclistas que están a favor y otros en contra y han usado redes sociales como twitter para expresar su desencanto con las Organizaciones que amenazaban con sanciones a los ciclistas que se saliesen del asfalto pero que al final no han tenido el valor de hacerlo.

Más allá de la polémica dentro del pelotón, que seguro que continuará durante las clásicas de pavé, está la seguridad tanto de los ciclistas como sobre todo de los espectadores que se exponen a un riesgo mayor de ser golpeados. Se me viene a la cabeza algunos accidentes no hace mucho entre ciclistas y espectadores que han causado importantes daños e incluso la muerte como la que pudimos ver en el Tour de Flandes de 2014. Esto debe prevalecer sobre la propia competición. No hay que olvidar que el ciclismo sin los espectadores no es nada y que precisamente esa cercanía hace de este deporte uno de los más queridos por todo el Mundo. Tener a tus ídolos cerca, poder sentirlos pasar tan cerca y animarlos hace que el ciclismo sea un deporte lleno de pasión. Pero no podemos cruzar esa frontera y hacer que correr más riesgo del que tienen los espectadores permitiendo que los ciclistas se metan en su terreno, las aceras.

Sea como fuere parece que la solución y el cierre de la polémica es mucho más fácil de lo que parece. Tal vez con unas vallas en la entrada y salida de las zonas ciclables se podría poner fin a todo esto pero sin embargo hay tramos muy complicados de poner vallas ya que podrían ser aceras como la que vemos en la imagen superior donde vallar todo tiene un alto coste de logísticas para la Organización. Veremos como evoluciona la polémica. Si los ciclistas asumen que no pueden salirse de la carretera. Si los Organizadores toman medidas reales sobre los ciclistas. Si la UCI entra de lleno en esta polémica... 

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