Barcelona, llévame en tu bicicleta

Tras visitar Barcelona durante cuatro días y vivir muy de cerca la relación de las bicicletas con la sociedad barcelonesa puedo confirmar que Barcelona es una ciudad amable con la bicicleta.

Por mi experiencia ha podido comprobar que Barcelona es una ciudad "tranquila" en cuanto al tráfico en su zona más céntrica. Esto siempre es relativo pero yo que vengo de la "Selva Madre" de Madrid capital puedo decir que en mi opinión el tráfico del centro no es tan salvaje como en Madrid. No ya por la intensidad sino por la voracidad y educación de los conductores. En la mayoría de los casos éstos han respetado a los ciclistas, algo que pude comprobar de primera mano ya que alquilé una bicicleta durante algunas horas recorriendo bastantes zonas, tanto turísticas como residenciales.

Existen muchos tramos de carril bici que ayudan a los ciclistas a poder navegar por las miles de calles barcelonesas. Si bien es cierto que este carril bici es a menudo invadido por viandantes y otros personajes en determinadas zonas como la del puerto o paseo marítimo. Por lo habitual se respetan unos a otros y el viandante tiene la costumbre de mirar siempre a ambos lados antes de cruzar un carril bici y los ciclistas siempre tienen un ojo puesto en los posibles riesgos y las manitas en los frenos. Durante estos cuatros días no he visto ningún incidente reseñable que he podido corroborar con mi día sobre la bici.

También comentar que el servicio "municipal" Bicing Barcelona. Un servicio de alquiler de bicis, tanto normales como eléctricas, por toda la ciudad de Barcelona donde los usuarios sólo pueden ser residentes. Esto hace que surjan alrededor de este servicio multitud de empresas privadas de alquiler de bicis con precios bastante competitivos por lo visto en otros países.

Existe una mezcla perfecta entre diferentes culturas, la "nueva" cultura del barcelonés montando en bici y la de los extranejos que visitan la ciudad y que están acostumbrado a usarlas diariamente en sus ciudades de origen. Son dos formas de montar en bici, con más y menos estrés pero que parece que empastan sin que haya muchos conflictos. Es un poco como el presente y el futuro deseable a donde todo ciudadano quiere verse o ver a sus hijos. Creo que poco a poco esta interesante mezcla va funcionando en España y Barcelona es un claro ejemplo de esto. La idea es buena, es sólida y parece que el camino ya está marcado, solo hace falta seguirlo sin desviarse demasiado y tendremos a la capital de Cataluña como referente Europeo en cuanto a la movilidad se refiere en muy poco tiempo.

No hay comentarios