5 consejos para una correcta recuperación
Tras
un esfuerzo, es necesario que la ciclista tenga un periodo de
recuperación. Podemos hablar de la simple recuperación tras un
entrenamiento, una competición o de una recuperación tras un periodo
especifico de entrenamiento.
La recuperación es el proceso por el cual nuestro organismo busca su óptimo punto de equilibrio tras una carga de trabajo. La óptima recuperación se logra mediante descanso, alimentación, suplementación, ayuda física, psicológica…
Se
pueden considerar algunas pautas generales, pero hay que saber que a
nivel, por ejemplo nutricional, no requiere lo mismo un velocista que un
ciclista de ruta.
Para
empezar, hay que tener claro que la etapa de recuperación comienza nada
más finalizar el ejercicio, diferenciando luego entre algunos puntos:
El descanso:
es el mejor recuperador, necesario e imprescindible en cualquier
deportista y en su rendimiento. Ante una carga de entrenamiento, el
organismo necesita de esa recuperación posterior para lograr esas
adaptaciones fisiológicas antes de someterse a la siguiente carga de
entrenamiento, lo que conducirá a una mejora del estado físico.
Las
cargas de entrenamiento no han de ser superiores a lo que tu cuerpo
tarda en recuperarse, de lo contrario, y sin control, entraríamos en un
sobreentrenamiento nada beneficioso.
Alimentación:
tiene como objetivo facilitar la recuperación, acortando el periodo de
tiempo hasta restablecer la capacidad de rendimiento. Las pautas tienen
dos momentos diferentes; inmediatamente terminada la actividad y en las
24-48h siguientes.
Debemos
tener en cuenta la famosa ventana metabólica, llamado así al periodo
posterior al entrenamiento en el cual nuestro organismo se encuentra
receptivo a la asimilación de nutrientes (una mayor absorción durante
las 2 primeras horas).
Tras
finalizar el entrenamiento/competición, será necesaria la reposición
del agua corporal, reservas de glucógeno muscular y hepático perdidos
durante el ejercicio. La reposición puede llevarse a cabo con un
programa de hidratación mediante la ingesta de agua o jugos naturales,
teniendo en cuenta la pérdida del peso corporal durante la prueba.
Del
mismo modo, hay que recargar lo depósitos de glucógeno, proteína y
minerales para la reconstrucción muscular, con el fin de frenar la
destrucción muscular, reparar daños y formar nuevas fibras.
Alimentos como arroz, cereales, fruta, pan, leche de vaca o de soja, queso, pavo, jamón, yogur o huevos serán una buena opción.
Aquí
aparecen también los batidos recuperadores, llamados también “recovery”
presentados con gran diversidad tanto de sabores como de composiciones,
comercializados en polvo para posteriormente ser mezclados con agua o
con leche. Son de fácil y
rápida asimilación, y además se digieren con comodidad. Su composición
es una mezcla entre proteína, carbohidratos y minerales para la
recuperación muscular.
Recuperación activa:
vuelta a activar la musculatura haciendo ejercicio a baja intensidad y
corto periodo de tiempo. Suelen denominarse entrenamientos/salidas
regenerativas, no superan la 1h30´duración y la intensidad nunca debería
superar el 65% de nuestra capacidad máxima. Estas salidas activas se
realizan con una cadencia de pedaleo elevada. (90- 100).
En
esta recuperación activa podemos nombrar la práctica cada vez más
habitual de realizar rodillo tras una etapa disminuyendo así la
intensidad de manera progresiva, este acto ayuda a la musculatura en su
recuperación. Por otro lado, hay ocasiones que requieren de un necesario
descanso total.
Baños de contraste.
Son también ideales para recuperar. Los baños de agua fría y caliente
aceleran la recuperación con una mejor circulación sanguínea.
Masaje:
dependiendo de la carga, al menos una vez en semana o cada quince días
es conveniente ponerse en manos de un buen especialista. Dentro de este
apartado cabe mencionar la realización de estiramientos, no solo para
recuperar, sino también como método de prevención de lesiones.
Fuente: RFEC
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