¿En qué consiste un masaje deportivo?


¿Qué es el masaje deportivo? ¿Puede el masaje deportivo ayudarme en mi rendimiento? ¿Cuándo y cada cuánto tiempo debería darme un masaje? Son muchas las preguntas que surgen cuando hablamos de masaje deportivo; vamos a intentar resolverlas todas.

El masaje deportivo tiene como objetivo preparar al deportista para la competición, ayudar en su recuperación tras un gran esfuerzo o en la recuperación de tejidos dañados. Podemos diferenciar seis tipos de masaje: preventivo, de mantenimiento, precompetitivo, intracompetitivo, postcompetitivo y dentro de la rehabilitación deportiva.

Cada tipo de masaje deportivo tiene sus características específicas que hacen que tenga un efecto u otro sobre nuestro organismo. Sin embargo, todos tienen en común efectos psicológicos positivos, ayudan a la adaptación en los cambios de entrenamiento, previenen lesiones, optimizan el rendimiento muscular, aumentan la capacidad de entrenamiento, retrasan la aparición de fatiga, estimulan la circulación sanguínea y linfática, evitan la formación de adherencias y ayudan a disminuir el dolor.



¿Cuándo debería darme un masaje? Es recomendable realizar un masaje cada 4 o 6 semanas como mucho, es decir, una vez al mes. Es importante tener en cuenta cuándo será la próxima competición, ya que dependiendo de la proximidad variará la intensidad del masaje; es conveniente que esta información sea conocida por tu fisioterapeuta para saber cómo intervenir y qué tipo de masaje dar.

Como hemos comentado antes, existen diferentes tipos de masaje deportivo: vamos a hablar de los beneficios del masaje pre-competitivo, post-competitivo y de mantenimiento.

El masaje precompetitivo busca la preparación del deportista para la competición y tiene como objetivos el aumento de la vigilia muscular, la circulación, temperatura muscular y elasticidad de los tejidos, además de la disminución de mialgias (dolor muscular). Es decir, conseguimos un retraso en la aparición de la fatiga, prevención de lesión y activación muscular y psicológica del deportista. En ocasiones, se utilizan cremas o geles que produzcan calor (deben probarse previamente al día de la competición).

El masaje postcompetitivo pretende que el deportista tenga una rápida recuperación. El efecto del masaje postcompetitivo es analgésico, ayuda a la eliminación de productos de deshecho del organismo que se crean durante el esfuerzo, reduce la fatiga, disminuye la hipertonía, previene de posibles contracturas y aumenta el aporte sanguíneo. Es decir, se trata de un masaje que consigue descarga general tras el esfuerzo realizado ayudando a la recuperación del deportista.

El masaje de mantenimiento, es el que llevamos a cabo durante periodos de entrenamiento con mucha carga de trabajo, el objetivo es evitar posibles lesiones, disminuir la fatiga muscular, mantener la elasticidad muscular ayudando así a aumentar el rendimiento deportivo. Cuando hemos tenido una gran carga de trabajo y se acerca el día de competición, el deportista para prepararse se puede realizar un masaje con cierta intensidad para tener una buena descarga y esa sensación de alivio que tanto gusta, pero debe ser mínimo dos días antes de la competición.

Ya hemos visto que cada masaje busca algo determinado y debe adaptarse al deportista y la situación en la que se encuentre; cada persona es un mundo y cuando hablamos de deportistas todo se debe mirar al detalle, ya que se busca el máximo rendimiento. Por otro lado, es importante dejarse asesorar por personas especializadas, en este caso los fisioterapeutas.

Ayudar al organismo a prepararse o recuperarse de un gran esfuerzo es importante no solo para dar el máximo en la competición, sino también para poder seguir entrenando en las mejores condiciones posibles evitando lesiones tanto a corto como a largo plazo.

Fuente

May Quintero (Estudiante de Fisioterapeuta)

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