Guía de las lesiones más habituales en ciclismo
Los millones de aficionados al ciclismo saben que este duro y apasionante deporte no es solo cuestión de piernas. A la constante sucesión de flexión extensión de las articulaciones de la rodilla, cadera y tobillo, se suma la estabilidad del tronco-abdomen, de la zona lumbar y, en menor medida, de movimientos de cuello en extensión junto a unas acciones de amortiguación de la muñeca y el brazo. Toda una serie de estructuras corporales serán causantes de que nuestra actividad sea más o menos eficaz, tanto en el momento puntual de pedaleo, como en el conjunto de toda la temporada.
La
repetitividad de los gestos asociados al pedaleo, las posturas sobre la
bicicleta, la velocidad y la superficie de la práctica (asfalto o
montaña) hacen que el ciclismo no esté exento de lesiones. Son
relativamente frecuentes dolencias que requieren un abordaje terapéutico
no habitual y que son motivo de frustración para el ciclista lesionado y
para el médico, pues en muchas ocasiones evolucionan con una curación
lenta, un curso recidivante (que vuelve a aparecer) o se muestran
refractarias/resistentes al tratamiento.
El tándem indisoluble ciclista-bicicleta
El
gesto deportivo viene muy condicionado por la bicicleta, con la que el
ciclista llega a formar un “par/tándem indisoluble”. Un gesto deportivo
repetido e incorrecto basado en alteraciones morfológicas o biomecánicas
se debería corregir mediante la adaptación de la bicicleta a la
morfología y a las peculiaridades físicas de cada ciclista. Así, una
posición incorrecta en la bicicleta, una altura inadecuada del sillín,
una longitud exagerada de las bielas, las alteraciones anatómicas del
propio ciclista, o una mala postura sobre el manillar, entre otros
factores, pueden producir desde ligeros dolores posturales hasta
lesiones de mayor entidad.
Otros
aspectos nada desdeñables como posibles causas de lesiones son los
errores en la planificación y programación del entrenamiento, tanto si
es una actividad para mantenerse en forma salud como para para rendir a
alto nivel.
Uno. Lesiones traumáticas en el ciclismo
Las
lesiones traumáticas constituyen la mayoría de las lesiones del
ciclista y pueden afectar a cualquier región anatómica en forma de
fisuras, fracturas, luxaciones, etcétera. El riesgo de accidente o caída
es mayor que en deportes como el fútbol o el baloncesto. Tanto es así
que, se podría decir que hay dos tipos de ciclistas: “los que no se han caído y los que se van a caer”.
Sin embargo, la mayoría de las lesiones asociadas a las caídas no son
graves. El deportista retoma la actividad deportiva en menos de dos
semanas, a veces incluso antes.
La
localización más frecuente de las lesiones traumáticas derivadas de
caídas es en miembros superiores: el codo, la muñeca y la clavícula son
las articulaciones más frecuentemente dañadas. Al igual que las
fracturas en costillas, más frecuentes en mayores de 40 años. En las
piernas, la rodilla es la que más daño sufre.
Los
traumatismos craneoencefálicos (TCE), con o sin pérdida de conocimiento
asociada, son los accidentes que revisten mayor gravedad tras una
caída, seguidos de los traumatismos torácicos y abdominales. Pueden
llegar a suponer el 2% de las muertes que se producen cada año en la
carretera.
La
incidencia de lesiones a nivel de la cabeza ha disminuido últimamente
debido a la obligatoriedad de usar casco, siendo menor la frecuencia de
TCE en el ciclismo de montaña (MTB/BTT). En esta modalidad es la rodilla
la localización más frecuente de lesiones.
Dos. Lesiones traumatológicas en el ciclismo
Las
cervicalgias (dolor de cuello), dorsalgias (dolor a nivel dorsal) y
lumbalgias (dolor en columna lumbar), frecuentes en ciclistas, tienen
como causa más frecuente la sobrecarga asociada a una postura o posición
inadecuada en la bicicleta.
La
mejor forma de prevenir (y tratar) estas dolencias, además de realizar
una correcta adaptación a la bicicleta supervisada por un especialista,
es realizar maniobras de estiramiento, cambiar la posición de las manos,
realizar miradas laterales, estirar el cuello y, en muchos casos,
reducir la presión de los neumáticos.
Como
tratamiento preventivo global de los problemas de la columna vertebral
en el ciclismo, se aconseja el entrenamiento de fuerza (fortalecimiento
muscular) de la toda la columna vertebral.
Existen
otras lesiones menos frecuentes que afectan al miembro superior como
las sobrecargas en las manos y dedos, cada vez más frecuentes debido al
incremento en la práctica del ciclismo de montaña. Igualmente la
comprensión del nervio mediano que discurre por el centro de la muñeca,
lo que puede provocar hormigueos en los tres primeros dedos de las
manos.
Y
en miembro inferior las lesiones de cadera más relevantes son las que
afectan al periné como consecuencia de la fricción a la que se somete
esta región anatómica.
También
la sudoración por el esfuerzo produce la irritación de la piel en la
zona perineal y tejidos cutáneos, dando lugar a foliculitis, quistes,
forúnculos y nódulos fibrosos subcutáneos. Otro problema relativamente
frecuente es la disfunción de la erección. Algunos estudios cifran su
presencia en torno al 15-20%; no obstante, estas alteraciones son
limitadas en el tiempo y suele ser habitual que vayan desapareciendo
poco a poco.
Tres. Tendinopatías en el ciclismo
El
tendón es la estructura anatómica que conecta el músculo con el hueso,
por tanto, su función mecánica es transmitir la fuerza que realiza el
músculo al hueso para, de este modo, mover la articulación. Las
tendinopatías constituyen una de las patologías más frecuentes en
ciclismo, sobre todo cuando se realiza ciclismo con cierta intensidad y
duración. Su origen suele ser una sobrecarga mecánica. No sólo se
producen en la práctica deportiva de alta competición, sino que también
ocurren cuando se practica de forma recreacional, en deportistas no
profesionales y en trabajos laborales que requieren esfuerzo físico.
Sin
duda la tendinopatía rotuliana es la más frecuente de ellas. En el
tendón rotuliano, se producirá tumefacción o dolor en el polo inferior
de la rótula, que también puede ser externa o interna a la misma. Es
debida a un pedaleo repetitivo (gran cantidad de entrenamientos y
competiciones), con utilización de grandes desarrollos, una posición
adelantada del sillín y subidas prolongadas en cuestas.
El
origen está en la sobrecarga de las inserciones del tendón rotuliano. A
esta patología pueden contribuir las diferentes acciones imprevistas en
el período de rodaje, como contracciones bruscas de los cuádriceps,
sprints, arrancadas, demarrajes y pedaleo en postura de escalada
(pedaleo en danza), entre otras.
La
solución pasa por una corrección de la postura (aspectos técnicos) y/o
por un reposo prolongado que dé lugar a su recuperación.
Es
importante evitar el movimiento de retroceso en el sillín para que la
palanca en extensión sea más efectiva. La porción delantera del pie está
fija en el pedal pero la posterior tiene cierta capacidad de movimiento
libre. Es conveniente, por tanto, mantener una cierta fijación del
talón para evitar ese movimiento de vaivén que puede dañar los tendones
laterales.
Otros
aspectos técnicos a mejorar son corregir la posición del sillín,
buscando la posición antero-posterior neutra, ya que este problema
aparece en sillines demasiados bajos o muy adelantados.
Otras
tendinopatías menos frecuentes son las que afectan al ligamento
rotuliano interno, tendinitis del cuádriceps, tendinitis de la pata de
ganso, tendinitis de isquiotibiales, tendinitis del tendón de Aquiles y
tendinitis de la banda iliotibial.
Cuatro. Lesiones musculares en el ciclismo
Las
lesiones musculares más frecuentes en el ciclismo son las que afectan
al músculo bíceps femoral. Se suelen producir sobrecargas musculares al
solicitarse repetidamente el músculo por la excesiva rotación interna de
la pierna.
Igualmente
los isquiotibiales (semitendinoso y semimembranoso) y sóleo sufren en
forma de contracturas, sobrecargas y calambres musculares, debido a un
asiento demasiado alto e hiperextensión de las extremidades inferiores.
A
nivel de los músculos cuádriceps son los calambres y las contracturas
las lesiones más frecuentes, por asiento demasiado bajo e hiperflexión
de la rodilla.
Por
otro lado, los aductores, que ayudan a la flexoextensión de la cadera,
tienen con frecuencia una patología dolorosa con contracturas
musculares, que pueden ser debidas a la aparición de fatiga muscular por
falta de entrenamiento, entre otras causas.
Cinco. Condromalacia/Condropatía Rotuliana
Estas
lesiones aparecen con más frecuencia en rodillas en valgo (en X),
cuando existe torsión tibial interna. La condromalacia o condropatía
rotuliana se produce por una mayor presión hacia la rótula, generando
una alteración en el cartílago rotuliano, siendo secundarias a una
flexión excesiva de la rodilla, por lo que la altura del sillín
(inadecuadamente baja) será la causa principal. Cursa con dolor en la
parte anterior de la rodilla-detrás de la rotula-, que aumenta en
actividades como conducir, bajar escaleras, ponerse en cuclillas, o
haciendo sentadillas.
Para
prevenir este tipo de lesión es necesario conseguir pedalear con la
altura correcta del sillín, revisar el entrenamiento, intentando reducir
la intensidad y el uso de desarrollos largos, sobre todo a principio de
temporada; potenciar el músculo cuádriceps, extendiéndolo (los últimos
15 grados) para que el vasto interno se desarrolle, ya que es el músculo
que más interviene en la estabilización de la rodilla; y evitar las
sentadillas, agacharse, correr cuesta abajo o escaleras abajo.
Cómo prevenir lesiones en el ciclismo
Algunos
consejos preventivos y recomendaciones para evitar lesiones en el
ciclismo pasan por introducir modificaciones en el gesto deportivo, en
el aspecto técnico y en el programa de entrenamiento. En su caso,
serían:
- Medidas correctoras de los errores posturales capaces de alterar el gesto deportivo y provocar lesiones.
· Adecuación de las medidas de la bicicleta a la altura y medidas corporales del ciclista.
· - Ejercicios
musculares para tener una musculatura eficaz, sin desequilibrios y
reforzada en los músculos abdominales, torácicos y paravertebrales.
· - Mantener una buena flexibilidad y un capital muscular importante tiene un efecto protector frente a las lesiones.
· - Hacer un buen calentamiento, y estiramiento antes y después de finalizar la sesión y terminarla con un enfriamiento progresivo.
· - Verificar
la simetría de los miembros inferiores, pues las lumbalgias producidas
por dismetría pueden desaparecer compensando esa diferencia y la
elasticidad de los músculos isquiotibiales. Para ello es determinante la
medición de la altura de la entrepierna, independientemente de la
talla.
Fuente
Bibliografía
1.
Gómez-Puerto JR, Da Silva-Grigoletto ME, Viana-Montaner BH, Vaamonde D y
Alvero-Cruz JR. La importancia de los ajustes de la bicicleta en la
prevención de las lesiones en el ciclismo: aplicaciones prácticas. Rev
Andal Med Deporte. 2008;1(2):73-81.
2.
Jiménez Díaz JF, Terrados Cepeda N, Villa Vicente G, Manonelles
Marqueta P. Medicina y fisiología del ciclismo. Tomo II. Monografía
Femede Nº 9. Edita: Nexus Médica Editores, S.L. Barcelona, 2009.
Artículo de Grupo Beiman escrito por José Ramón Gómez, Licenciado en Medicina y Cirugía.
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