Preguntas a las que enfrentarnos a la hora de comprar la bicicleta perfecta


¿Quién no quiere disfrutar de una afición tan hermosa y completa como el ciclismo? Dar paseos por parajes tanto urbanos como de montaña o naturales es todo un placer, ya que se trata de un deporte con el que puedes ir a tu ritmo y sentirte en movimiento marcando el grado de implicación: ya sea mediante la práctica amateur o puramente como forma de hacer deporte.

Pero para ello, seamos de nivel de usuario que seamos, nos tenemos que enfrentar al hecho de comprar las bicicletas que más se adaptan a nuestras necesidades, ya sea para excursiones, ir a trabajar o incluso ambas. ¿Cómo acertar con la bicicleta perfecta?

Principales cuestiones a la hora de comprar una bicicleta

Elegimos el tipo de ordenador portátil que queremos según qué ha incitado su compra: porque se nos ha estropeado el que teníamos, porque necesitamos uno que nos sirva para ocio y para trabajo o simplemente por diseño y comodidad. Para la compra de una bicicleta ocurre lo mismo: debemos plantearnos cuál es el principal motivo que ha propiciado que nos acerquemos a la tienda especializada. Y aunque allí mismo estarán encantados de asesorarnos, de antemano conviene que demos respuesta a las siguientes 4 preguntas:
  • ¿Para qué quiero usar la bicicleta principalmente?
  • ¿En qué entorno voy a rodar?
  • ¿Cada cuánto tiempo voy a usarla?
  • ¿De qué presupuesto dispongo?
Con la respuesta concreta a cada una de estas cuatro preguntas bajo el brazo, tendremos las herramientas necesarias para que el especialista nos traiga nuestra bicicleta perfecta: la que combina funcionalidad y comodidad en el uso que se le va a dar con más frecuencia.

¿Para qué quiero usar la bicicleta principalmente?

Esta es la pregunta clave por la cual comenzaremos a descartar opciones y delimitar modelos hasta dar con la perfecta, ya que si la quiero para desplazamientos por la ciudad, las de ruta, MTB y BMX quedarán rápidamente desechadas dentro del amplio abanico donde elegir quedando otros matices como determinantes, por ejemplo, si la necesito para ir al trabajo exclusivamente (donde la opción plegable ofrece mucha versatilidad), para pasear tranquilamente en entornos que así lo permitan (donde las elegantes cruisers o las holandesas ganan adeptos) o para sortear los obstáculos de las grandes ciudades con habilidad pero sin perder comodidad (siendo la opción fixie una ganadora).

¿En qué entorno voy a rodar?

¿Te comprarías un 4x4 por el simple hecho de que te encante la montaña?, ¿crees que usándolo una vez al mes o para las vacaciones de verano te compensa frente a un utilitario? Lo mismo ocurre con la bicicleta: comprarte una de montaña porque creas que es lo más versátil o porque una vez cada X tiempo ruedas por la sierra puede ser un error.

Por ello, una vez has respondido a la primera pregunta, saber cómo es el entorno en el que te desenvuelves con la bicicleta servirá para las concreciones que determinaran el modelo a comprar: ¿una ciudad donde rodar en asfalto o con carriles bicis bien definidos?, ¿una montaña con senderos o a la aventura donde tú marcas el camino?

¿Cada cuánto tiempo voy a usarla?

Esta respuesta te ayudará a concretar la última de las preguntas: el presupuesto disponible. Obviamente no es lo mismo un uso moderado como podría ser los fines de semana que uno a diario.

En este último caso, dentro del modelo adecuado que hayamos determinado respondiendo a la cuestión de para qué la quiero y en qué entorno voy a usarla, debemos elegir la que resulte más robusta y fiable en cuanto a componentes, que no puedan presentar desgaste o necesidad de cambiar elementos a la primera de cambio.

¿De qué presupuesto dispongo?

Esta cuestión es determinante si priorizamos el tema económico ante cualquier otro, pero si no es así, debemos ser consecuentes y tener en consideración de que una bicicleta de montaña, para su uso diario sobre un terreno empedrado y que presente grandes desniveles, requerirá que no escatimemos en gastos si no queremos que la bicicleta se averíe en un corto plazo o no responda adecuadamente a su principal uso.

De igual forma, podemos encontrarnos grandes diferencias económicas en una bicicleta plegable: desde los 150 euros aproximadamente hasta superando los 1.000 según la queramos para rodar continuamente, para trayectos cortos o incluso para rodar en terrenos sin asfaltar.

En definitiva, la clave a la hora de tener claro qué bicicleta queremos comprar no depende de un único factor, sino de la suma de todas las necesidades que queramos cubrir, por lo que el mejor consejo es el de informarnos previamente de todas las posibilidades que ofrece el mercado y consultar a expertos que nos puedan ayudar en la compra.

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